No Busques Cuentos Con Final Feliz Busca Ser Feliz Sin Tanto Cuento

Los cuentos (las altas expectativas, las fantasías, los falsos idóneas) son nuestras cárceles de crecimiento personal. Cuando uno no consigue lo que él mismo se ha propuesto, llega la sombra de la infelicidad. Este es solo entre los ejemplos por los que todos hemos pasado. Ciertamente, no salieron como aguardábamos, pero son experiencias que pertenecen a nosotros y de nuestra historia personal. Al final de cuenta, «los mejores cuentos» no tienen por qué tener finales contentos para ser enormes historias.

Pues bien, esto es lo opuesto de lo que sucede tantas veces en la vida. En ella, parece no haber una sola pareja que disfrute de la alegría eterna. Lejos de resolverse, los problemas se multiplican. Y, los desalmados, por muy injusto que nos parezca, suelen ganar la partida. Tenemos la posibilidad de posponer tareas, actividades y citas, pero nuestra felicidad nunca debe posponerse.

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No obstante, ni los relatos de Hables Perrault ni los de Hans Christian Andersen eran tan inocuos como nos lo hizo creer Walt Disney. En vez de meditar que vas a ser feliz solo en el momento en que encuentres a la persona impecable. Intenta serlo ahora, cualquiera sea tu situación. Da valor a quienes tienes junto a ti.No necesitas a absolutamente nadie para sentirte bien contigo. La primera cosa que debemos llevar a cabo, para esto, es no dar de comer grandes expectativas.

Por poner un ejemplo, un fallo habitual es el de condicionar toda satisfacción a la consecución de unas misiones determinadas. Estas por lo común se refieren a tener una pareja eterna, una casa fantástica y un trabajo ideal. Libros como La búsqueda de la alegría de Ben Shahar resaltan de qué forma el hombre busca respuestas a sus vacíos existenciales.

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No obstante, ni los de Charles Perrault ni los de Hans Christian Andersen eran tan inocuos como nos lo ha hecho creer Walt Disney. Las princesas de los cuentos originales no siempre se casaban, eran felices y comían perdices. No obstante, los mayores, como los niños, asimismo necesitan de determinado equilibrio y también ilusión para vivir. A diferencia de la vida, los cuentos infantiles siempre y en todo momento tienen un final feliz. Es como si en su última página el mundo recobrara su armonía. Como por arte de magia, todo sus desenlaces son satisfactorios e idóneas.

En el presente artículo, te invitamos a pensar sobre ellas y más. La primera cosa que debemos llevar a cabo es no alimentar las grandes expectativas, ni aún menos buscar la perfección. Se habla más bien de ser un tanto mucho más humildes, realistas y, ante todo, comprender apreciar lo que contamos ahora. Ya sabes, si te ha dado gusto y piensas que puede ser útil a tus seguidores, compártelo en tus comunidades. Con todo, vemos que ser feliz es algo bien distinto de esa perfección mágica que nos emiten los relatos infantiles.

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Antes bien , hablamos de ser más humildes, realistas y, ante todo, saber apreciar lo que tenemos en el presente. Y es que muchas veces necesitamos meditar que las cosasvan a salir bien, a fin de que salgan bien.Qué duda cabe de que meditar en positivo, nos hace receptores de buenas energías. Pese a ello, conviene ser reservados, realistas. Y, más que nada, no ceder a la tentación de idealizar, por servirnos de un ejemplo, las relaciones cariñosas.

Tú Historia, Nuestra Historia La Mentira De La Vida

No obstante, la mente infantil y asimismo la adulta precisa de ese equilibrio y esa iniciativa para opinar que todo lo que hagamos va salir bien y que nos va dar una felicidad, cómo no, eterna. Sin embargo, debemos tomar en consideración que ni los cuentos originales de Hables Pierrot ni los de Christian Andersen eran tan inocuos como los que nos muestra Walt Disney. Las princesas de los cuentos originales no en todos los casos se casaban y “comían perdices”.

Cuestiona tus perdices, no vivas de un cuento, busca ser feliz. Lo que nosotros requerimos es vivir contentos a nuestra forma, forjar relaciones independientes, llevar a cabo nuestro el destino. No seleccionar príncipes azules ni princesas de mundos rosas, sino más bien pincharnos con ellas. Y que salga ampolla, pero que aprendamos que huelen bien pero que asimismo tienen la posibilidad de llevar a cabo daño.

En verdad, anima a sus leyentes a deshacerse de la falsa aspiración a una alegría permanente, pues, entre otras caracteristicas, esta no existe. No obstante, tanto los mayores como los pequeños necesitan de determinada esperanza e ilusión para vivir. Esto es, con frecuencia requerimos creer que todo saldrá bien justo a fin de que el resultado sea favorable. Qué duda cabe de que meditar en positivo supone una mejor actitud para enfrentar las adversidades. Aunque es un tema que siempre ha generado interés, dar instrumentos a las personas a fin de que sean capaces de lograr un mayor bienestar personal es algo relativamente nuevo.

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